Cinto cumple cien años el domingo y tiene con él a toda su família durante el fin de semana. A lo largo de los años, les ha enseñado a todos las estrelles y las constelaciones. Él aprendió sus nombres cuando la Guerra Civil. De su paso por la quinta del Biberón quedó sobre todo una estrella que es muy especial. Claro que, tanto su hijo, Quim, como sus nietos, Paula y Ramón, han tenido también sus propias guerras. Como todo el mundo, sí, però quizás las suyas fueron más arriesgadas. Al fin y al cabo, vivieron durante un tiempo en Euskadi. Y sus historias de amor son peligrosas y tienen consecuencias. No obstante, y ocurra lo que ocurra, cada noche observaran las estrellas que unirán para siempre a las cuatro generaciones.
Anna Soler-Pont
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